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Elon Musk: "Los cambios demográficos representan un riesgo mayor al calentamiento global"

Actualizado: 27 ago 2022

Recientes declaracione en Twitter generaron un impacto en empresas y gobiernos.




El crecimiento de la población mundial se está desacelerando. Al mismo tiempo, se está invirtiendo la pirámide demográfica. Según la ONU, actualmente el 17,1% de la población mundial la representan menores de 9 años y el 13,6% son mayores de 60 años. En 2036, los menores de 9 años caerán al 15,2% y los mayores de 60 años los superarán alcanzando el 18% del total. La población mundial crece a una tasa del 0,8%, mientras que los mayores de 60 años crecen a un ritmo del 3,2% anual. Es decir, en apenas 15 años habrá más adultos mayores de 60 años que menores de 10 años.


Este cambio se produce en primer lugar por la caída en las tasas de fertilidad. En numerosos países, como Japón y gran parte de Europa, los nacimientos se encuentran por debajo de las tasas de reemplazo poblacional. Este factor se combina con la creciente expectativa de vida, que se incrementa actualmente a razón de un año por década.


En este escenario, resulta fundamental analizar que rol cumplirán a futuro los sistemas de jubilatorios. La creciente longevidad marcará el nuevo diseño de los sistemas previsionales. Pero también coloca sobre la mesa un debate que cada día cobra más fuerza: ¿es la jubilación el único instrumento de planificación financiera que debemos evaluar para nuestro retiro?

quienes nacieron en 1975, con una expectativa de vida de 85 años, viven una realidad distinta. Han sido influenciados por la formación de sus padres, pero ya ven que este esquema de tres etapas no funcionará. El mercado laboral cambia rápidamente, la evolución tecnológica genera la desaparición de puestos de trabajo, pero al mismo tiempo crea nuevas oportunidades. Esto los impulsa a reinventarse a mediana edad, abandonando el concepto de formación en la etapa inicial de la vida y dando lugar al concepto de “aprendizaje continuo”. Por otra parte, también estamos presenciando las crisis de los sistemas jubilatorios, que afrontan paulatinamente el pago de mayor cantidad de prestaciones con cada vez menos recursos. Esto tiene una consecuencia que ya es palpable: prestaciones cada vez más bajas. Entonces, los que hoy se encuentran en sus cuarenta, comienzan a evaluar alternativas de ahorro e inversión para complementar los haberes jubilatorios que pueda eventualmente pagar el Estado llegado el momento.


Por el contrario, quien nació en el año 2000, que tiene una expectativa de vida de 100 años, diseña su trayectoria de vida por fuera del esquema de tres etapas. Se adaptan a los cambios rápidamente y apuntan a una planificación con independencia financiera, donde el haber jubilatorio estatal no ocupa ningún rol.


La mayor longevidad implica inexorablemente un cambio, porque necesitamos financiar una vida más larga. Esto puede generarnos un impacto emocional, hasta angustia, pero no debemos perder de vista que vivir más tiempo es un regalo, una oportunidad. Ahora bien, generamos mayores ahorros durante nuestra vida laboral o trabajamos durante más tiempo. Quienes tenemos menos de 50 años necesitamos tomar decisiones.


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